Hay días en que todo parece venirse abajo. Días en que el universo se conjura en tu contra, literalmente (ayer me cayó una piedra del cielo, mientras conducía a 120 km/h por la autopista y se estrelló contra mi parabrisas). Parece que he pisado mierda, con perdón, y no de la buena, que no hay modo de que me toque la lotería (y yo sí que juego).
En fin, pese a las múltiples dificultades que se me presentan y que intento no sortear, sino solucionar; y pese a los toques de humor (o cinismo) que le voy dando a todo, a veces los acontecimientos te superan y tienes ganas de llorar.
Es el momento de ponerte a la Streisand, una iluminación bonita y aceite esencial de menta i lima. Fué maravilloso ayer, cuando entré en el comedor y aspiré ese aroma limpio, fresco... (Gràcies Josep per regalar-me els olis).
Incluso puedes recrearte recogiendo la ropa tendida al son de la música. Es maravilloso oler la ropa (con esos fantásticos efluvios artificiales). Cerrar los ojos y sentirte en casa. Sentir como el aroma te transporta a tu infancia.
Te preparas una ensalada riquísima, con mucho de todo, que como va en ensalada no engorda. Te sientas en el sofá a comértela, porque se está más cómodo que en la mesa y al fin y al cabo estas solo en casa. Te preparas para ver una de esas películas que te gustan, que has visto mil veces y te hacen sentir bien, de puta madre. Al acabar la ensalada, te regalas un poco de chocolate Lindt (porque hay que mimarse) negro, y así piensas que tampoco engorda, aunque tenga menta o naranja.
Y si al acabar la película, aún no tienes sueño, coges tu libro en inglés, porque ya eres capaz de leer en inglés, igual de lento que en tu propio idioma, y lees un poco antes de sucumbir al sueño reparador y de desear buenas noches a tu gato, que está junto a ti, y a tu novio, que siempre está lejos.
Estoy contento, estoy feliz, y doy gracias por tener amigos a mi lado cuando los necesito. Y estoy orgulloso de poder sobreponerme a todo, aun en los momentos de bajón, que todos los tenemos.
Y estoy contento con mi novio, aunque más a menudo de lo que me gustaría esté lejos.
Y es que siempre vuelve a salir el sol (hoy ha hecho un día precioso), aunque solo sea para que un nubarrón enorme lo tape, je, je.
T'estim Johnny.
Os quiero preciosos, porque siempre estáis ahí.
Y porqué no, me quiero a mi también, que hay que quererse más.
Un besazo,
David
PD: Os dejo con la Streisand y sus amigas
En fin, pese a las múltiples dificultades que se me presentan y que intento no sortear, sino solucionar; y pese a los toques de humor (o cinismo) que le voy dando a todo, a veces los acontecimientos te superan y tienes ganas de llorar.
Es el momento de ponerte a la Streisand, una iluminación bonita y aceite esencial de menta i lima. Fué maravilloso ayer, cuando entré en el comedor y aspiré ese aroma limpio, fresco... (Gràcies Josep per regalar-me els olis).
Incluso puedes recrearte recogiendo la ropa tendida al son de la música. Es maravilloso oler la ropa (con esos fantásticos efluvios artificiales). Cerrar los ojos y sentirte en casa. Sentir como el aroma te transporta a tu infancia.
Te preparas una ensalada riquísima, con mucho de todo, que como va en ensalada no engorda. Te sientas en el sofá a comértela, porque se está más cómodo que en la mesa y al fin y al cabo estas solo en casa. Te preparas para ver una de esas películas que te gustan, que has visto mil veces y te hacen sentir bien, de puta madre. Al acabar la ensalada, te regalas un poco de chocolate Lindt (porque hay que mimarse) negro, y así piensas que tampoco engorda, aunque tenga menta o naranja.
Y si al acabar la película, aún no tienes sueño, coges tu libro en inglés, porque ya eres capaz de leer en inglés, igual de lento que en tu propio idioma, y lees un poco antes de sucumbir al sueño reparador y de desear buenas noches a tu gato, que está junto a ti, y a tu novio, que siempre está lejos.
Estoy contento, estoy feliz, y doy gracias por tener amigos a mi lado cuando los necesito. Y estoy orgulloso de poder sobreponerme a todo, aun en los momentos de bajón, que todos los tenemos.
Y estoy contento con mi novio, aunque más a menudo de lo que me gustaría esté lejos.
Y es que siempre vuelve a salir el sol (hoy ha hecho un día precioso), aunque solo sea para que un nubarrón enorme lo tape, je, je.
T'estim Johnny.
Os quiero preciosos, porque siempre estáis ahí.
Y porqué no, me quiero a mi también, que hay que quererse más.
Un besazo,
David
PD: Os dejo con la Streisand y sus amigas
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